26 de Junio: Los Estados Deben Reforzar Su Compromiso para Acabar con la Tortura
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26 de junio de 2024 – En el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, el Consorcio Unidos contra la Tortura pide a los Estados (UATC, por sus siglas en inglés) que defiendan los avances logrados en las últimas décadas en la defensa de la dignidad humana mostrando un mayor compromiso para poner fin a la tortura en todo el mundo.
Desde su adopción hace casi 40 años, la Convención de la ONU contra la Tortura ha proporcionado una hoja de ruta para que los Estados hagan realidad la prohibición mundial de la tortura y otros malos tratos mediante el establecimiento de un conjunto de medidas, consagradas en la ley, destinadas a prevenir esta práctica abominable, castigar a los autores y proporcionar justicia y reparación, incluida la rehabilitación, a las víctimas.
Erradicar la tortura exige un esfuerzo colectivo en el que participen supervivientes, organizaciones de la sociedad civil, personas defensoras de los derechos humanos y otros actores a escala mundial. También exige mayores sinergias entre los mecanismos internacionales y regionales de protección de los derechos humanos. Es mucho lo que está en juego, y quienes defienden los derechos humanos se enfrentan a importantes obstáculos, incluidos los propios abusos.
En la actualidad existe un amplio consenso jurídico sobre la prohibición absoluta de la tortura, y los sistemas de protección se han reforzado, pero la tortura y otras formas de malos tratos distan mucho de estar erradicadas. Estas prácticas inhumanas siguen siendo frecuentes en una amplia gama de contextos, como los conflictos armados, las prisiones y otros lugares de detención, como las comisarías de policía, los hospitales y los centros de asistencia social, así como durante las protestas, afectando de manera desproporcionada a comunidades y personas marginadas.
La impunidad generalizada y el hecho de que los Estados no apliquen el derecho y los estándares internacionales vigentes sobre la prohibición absoluta de la tortura siguen siendo obstáculos importantes para erradicar estas prácticas. Actualmente hay más conflictos armados que en ningún otro momento desde 1945, y la tortura es una característica de muchos de ellos, incluida la tortura sexual. Ejemplos recientes preocupantes se refieren al uso de la tortura por parte de agentes estatales y no estatales en los conflictos en curso en Sudán, Israel/Territorios Palestinos Ocupados y Ucrania.
En los últimos años también hemos sido testigos del uso excesivo de la fuerza contra disidentes políticos y otras personas que han salido a la calle para protestar por cuestiones que van desde el aumento del coste de la vida, los abusos contra los derechos humanos o el cambio climático en numerosos países que han ratificado la Convención, como Georgia, Bielorrusia, Bangladesh, Myanmar, Francia, Estados Unidos, Egipto, Sudán, Colombia y Venezuela.
A pesar de estos retos, también hemos visto avances positivos, como supervivientes de tortura que consiguen que se haga justicia y que sus agresores rindan cuentas. Entre ellos cabe citar el caso presentado por 36 mujeres maya Achi de Guatemala por la violencia sexual que sufrieron durante el conflicto interno, que dio lugar a la condena de cinco autores de estos abusos; un caso histórico relativo a la tortura patrocinada por el Estado en Siria, en el que un alto funcionario sirio fue juzgado y condenado por crímenes de lesa humanidad en Alemania en virtud del principio de jurisdicción universal; o la primera decisión de la historia sobre violencia de género contra una defensora de los derechos humanos dictada por un órgano de derechos de la mujer de la ONU en relación con una víctima de tortura de Libia.
Entre las tendencias positivas también se incluye un número significativo de Estados que han ratificado el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura, lo que permite la supervisión independiente de los lugares en los que hay personas privadas de libertad; las importantes medidas adoptadas para promover y aplicar los Principios de Méndez sobre Entrevistas Efectivas, que ofrecen orientación sobre la obtención de información fiable, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos durante las investigaciones penales y otros procesos de recopilación de información, el Protocolo Modelo para que los funcionarios encargados del cumplimiento de la ley promuevan y protejan los derechos humanos en el contexto de las protestas pacíficas, y el Protocolo de Estambul actualizado, que refuerza la aplicación de las normas internacionales y las herramientas preventivas para ayudar a los supervivientes en todo el mundo. Como miembros de la Red para un Comercio Libre de Tortura, nos sentimos alentados por el nivel de apoyo a un Tratado para un Comercio Libre de Tortura por parte de organizaciones de la sociedad civil y otros, incluido el Relator Especial de la ONU sobre la Tortura; pedimos a los Estados que se comprometan con el proceso de la ONU para desarrollar un tratado vinculante que aborde el comercio de la tortura.
Con motivo del 40 aniversario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura, rendimos homenaje a todas las víctimas y supervivientes. Su fuerza y valentía han sido decisivas para dar fuerza a la Convención y permitir que prosperen la justicia, la reparación y las medidas para evitar que se repita.
Nuestras organizaciones también desean reconocer y elogiar a todas las personas y organizaciones de la sociedad civil, incluidos los movimientos de base, los defensores de los derechos humanos y los líderes comunitarios, que se han levantado valientemente contra la tortura y otros malos tratos durante las últimas cuatro décadas.
En medio de amenazas e intimidaciones, el movimiento contra la tortura sigue siendo una fuerza inquebrantable que defiende el espíritu, los principios y las obligaciones consagrados en la Convención.
Cualquier desviación de la prohibición absoluta de la tortura socava los valores fundamentales de la justicia y la dignidad humana, dañando el tejido mismo de la sociedad y erosionando la confianza en las instituciones y el Estado de derecho. Sumémonos todos a los supervivientes y actuemos contra esta práctica. Los Estados deben demostrar que tienen tolerancia cero con la tortura aplicando la Convención contra la Tortura también en la práctica. Para lograrlo se requiere un enfoque holístico, desde la prevención hasta el enjuiciamiento, la reparación y la rehabilitación, con la participación activa de los supervivientes y la sociedad civil.
Para más información, póngase en contacto con Francesca Pezzola, Directora de Comunicaciones de la OMCT, en [email protected]
El UATC, financiado por la Unión Europea, reúne a las membresías de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), el Consejo Internacional para la Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura (IRCT) y la Federación Internacional de la Acción de los Cristianos para la Abolición de la Tortura (FIACAT) con la Asociación para la Prevención de la Tortura (APT), Omega Research Foundation, y REDRESS. Juntos llevamos a cabo un programa colectivo para fortalecer y ampliar el movimiento mundial contra la tortura a través de la participación de los supervivientes, la movilización de las organizaciones locales de la sociedad civil, el desarrollo de normas, la búsqueda de justicia, la sensibilización y la construcción de narrativas, la intervención en crisis y el tratamiento de la actuación policial en el contexto de la disidencia.
El Consorcio Unidos contra la Tortura mantiene su compromiso de trabajar en colaboración con los supervivientes, las organizaciones de la sociedad civil, los Estados, la comunidad internacional, la Unión Europea y otras partes interesadas para construir un mundo en el que la tortura no tenga cabida. Como parte de este trabajo, estamos celebrando el 40º aniversario de la Convención contra la Tortura con una campaña, “Voces por la Dignidad Humana”, que destaca los testimonios de supervivientes, personas defensoras de los derechos humanos, expertos, mostrando los progresos realizados y los retos pendientes. Siga esta campaña utilizando el hashtag #UnitedAgainstTorture.